miércoles, 28 de noviembre de 2018

El naranja: color antiviolencia


Cortesía
La iniciativa surge como una necesidad para sensibilizar a la población con respecto al maltrato que sufre la mujer, es por ello que, António Guterrez, secretario general de las Naciones Unidas (ONU) en 2008 puso en marcha la “Campaña Naranja” que incentiva a vestir de naranja un color que representa el futuro brillante y optimista libre de violencia contra las mujeres y niñas.

De esta manera cada 25 de noviembre, se conmemora de forma activa el Día Internacional para la Erradicación de la Violencia contra lasMujeres, decretado en 1999 por la ONU y que fue en honor a las tres hermanasdominicanas asesinadas un para la misma fecha, pero en los años 60’s por el entonces presidente Rafael Leonidas Trujillo a quien contrariaban.

Usar un listón naranja del lado del corazón es indicativo de que se rechaza la violencia contra las mujeres, dicha campaña no muere allí, se activa a nivel de redes sociales con el uso del hashtag #DíaNaranja #OrangeTheWorld para mostrar que, desde diversos lugares del mundo, se está en la lucha contra este maltrato que sufren las mujeres.

Específicamente en Perú hay altos índices de violencia doméstica, que terminan en intentos de feminicidio algunos con éxito y por supuesto la mayor razón es porque la mujer desea alejarse de su agresor. Algunos de los departamentos (estados) con mayor índice de violencia de acuerdo al Programa Nacional Contra la Violencia Familiar y Sexual, a través de la Unidad de Generación de Información y Gestión del Conocimiento son: su capital Lima con 1345 casos de violencia, Junín con 389, La Libertad con 251, Cusco con 215 y Arequipa con 214 para la fecha de agosto del 2017.

A su vez, se puede observar que la tendencia se acentúa en las mujeres cuyas edades oscilan entre los 18 y 59 años de edad de los cuales se concluye que son alrededor de 200 mujeres.

Si bien en la actualidad se habla de violencia de género, ya que los hombres también la sufren, son las mujeres el foco principal de agresores que las ven vulnerables y dependientes emocionalmente.



Omaira Plaza/ CNP 21026

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